Un cable es un elemento que cumple la función de conducir la electricidad. Por lo general, se encuentran fabricados en cobre, aunque también los hay de aluminio.
En materia de herramientas, existe una gran cantidad de variables dentro de cada denominación, con lo cual es casi imposible realizar un detalle exhaustivo de cada una de ellas.
La norma NEMA es aquella que establece los requisitos para el diseño seguro de gabinetes industriales. Cerciorarse al comprar un equipo de que el mismo cumple con las normativas y certificaciones vigentes es cubrirse ante un potencial fallo de seguridad y costos de mantenimiento, pero sobre todo, potenciales riesgos en la salud e integridad física de las personas que los operan y demás presentes.
Los códigos IP e IK establecen un sistema de clasificación, los cuales se emplean para calibrar el grado de protección que presenta la envolvente que protege los componentes internos de los equipos y aparatos eléctricos o electrónicos, y cualquier dispositivo de uso industrial como sensores, medidores, controladores, etc.
Comenzaremos definiendo qué es un cable eléctrico. El mismo consiste en un elemento fabricado a los efectos de conducir electricidad. Los cables se encuentran fabricados con cobre, un material con alto grado de conductividad, pero también pueden encontrarse fabricados con aluminio, que aunque posee un menor grado de conductividad es también más económico que el cobre.
Cuando se trata de trabajar con electricidad, puede decirse que existen cinco pasos básicos o reglas ineludibles, que deberán cumplimentarse a los fines de minimizar el riesgo eléctrico, tanto para el técnico como para quienes lo rodean.
A los efectos de proteger los cables y elementos eléctricos conectados dentro de un circuito eléctrico de los saltos de tensión eléctrica, es preciso contar con un interruptor termomagnético, más conocida como llave térmica.
Las luces de emergencia constituyen elementos de seguridad y prevención indispensables en edificios, locales, y espacios más importantes como industrias.
La llave térmica y el disyuntor diferencial constituyen dos componentes fundamentales en las instalaciones eléctricas domiciliarias. En efecto, dichos artefactos son imprescindibles para la protección de la red eléctrica en cualquier hogar, y pueden incluso salvar la vida de sus habitantes ante un desperfecto eléctrico.